Publicado en Asociación Fintech del Perú
Desde la crisis financiera internacional del 2008, emergieron empresas innovadoras y disruptivas en el sector financiero denominadas fintech. Estas firmas combinan la tecnología con los servicios financieros, las cuales se orientan a posicionarse ofreciendo servicios financieros novedosos, añadir valor a los servicios financieros existentes, simplificar procesos financieros, generar mayor eficiencia a nivel de costes, entre otros.
Una forma de comprender el crecimiento del ecosistema fintech es a través de las inversiones que se realizan en la industria. En 2021, el valor total de las inversiones en empresas fintech fue US $226.5 miles de millones, el cual es 5 veces mayor a las inversiones globales de 2015 y 25 veces mayor a las inversiones globales realizadas en 2010.
Más allá del volumen de inversión en la industria fintech, resulta importante analizar el aporte en cuanto a la inclusión financiera. Para ilustrar esto, es interesante mencionar el caso de éxito de la fintech M-Pesa, una firma establecida en Kenia desde 2007, que utiliza dispositivos móviles como monedero electrónico. Se estima que esta fintech aumentó los niveles de consumo per cápita y sacó de la pobreza al 2% de la población de Kenia[1]. Estos resultados se dieron en un contexto de baja inclusión financiera, una creciente penetración de la telefonía celular y una regulación favorable.
Ahora bien, a nivel global, una forma usual de medir la inclusión financiera es a través del porcentaje de adultos con cuenta bancaria. De acuerdo al Global Findex Database elaborado por el Banco Mundial, el porcentaje de adultos con cuenta bancaria es 76.2% a nivel mundial, 73.6% a nivel de América Latina y el Caribe y 57.5% en el caso de Perú. En todos los casos, el indicador de inclusión financiera se incrementó progresivamente a lo largo de la última década. La mayor inclusión se dio en un contexto de mayor uso de pagos digitales, donde empresas y familias cuentan con mayores medios para realizar sus operaciones financieras.
Las innovaciones financieras y el
ecosistema fintech suman nuevas formas de adopción digital, las cuales no
necesariamente se ven recogidas en indicadores tradicionales de inclusión
financiera como el porcentaje de adultos con cuentas bancarias.
Frente a ello, un estudio
elaborado por Tok y Heng (2022)[2]
plantea un nuevo concepto denominado “inclusión financiera digital”, el cual es
entendido como el acceso y uso digital de servicios financieros formales
mediante celulares o computadoras. Esto incluye pagos digitales, prestamos
digitales, marketplace de préstamos, dinero móvil y banca móvil. El indicador
está compuesto de indicadores de acceso y uso[3]
asociados a la inclusión financiera digital.
Los investigadores encuentran una
alta correlación entre las fintech y la inclusión financiera tradicional, y la
correlación es mayor cuando se usa medidas de inclusión financiera
digital. Estos resultados sugieren
explorar esta nueva forma de medir la inclusión financiera, ajustada a las
nuevas formas de adopción de los servicios financieros.
[1] Suri, T., & Jack, W. (2016). The
long-run poverty and gender impacts of mobile money. Science, 354(6317),
1288-1292.
[2] Tok, Y. W., & Heng, D. (2022).
Fintech: Financial Inclusion or Exclusion?. International Monetary Fund.
[3] Los indicadores de acceso son:
suscripción prepago o postpago de celular, porcentaje de la población que tiene
acceso a internet, número de agentes de dinero digital por 100 mil adultos. Los
indicadores de uso son: porcentaje de adultos que tienen una cuenta móvil,
porcentaje de adultos que usan internet para pagos, porcentaje de adultos que
usan celulares para recibir salarios y porcentaje de adultos que usan celulares
para pagar servicios básicos.